Publicado en Río Arriba
EMIGRANTE
Y
ha llegado por fin a un puerto extraño
sintiendo
el peso amargo de la brisa,
ingrato
el horizonte,
lejanos
los recuerdos
de
un mundo que se ama y que se odia.
Ajeno
a las fronteras
tan
llenas de vacío;
que
guarda su pasado y su presente.
Enfrente
la ciudad, la villa, el monte
extranjeros,
ajenos al color
que
guarda la memoria
anclada
a los espejos de la ausencia.
Mas
queda ese rescoldo de esperanza
que
anhelante refulge
en
la pupila cándida y vibrante
ante
la ansiada tierra prometida.
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